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El considerado como nº1 de la cocina latinoamericana ha mostrado su propuesta de altitudes incas por primera vez en Barcelona de la mano del restaurante Disfrutar, galardonado con 1 estrella Michelin en la pasada edición de la guía roja.
Así, Virgilio Martínez (restaurante Central, en Lima), junto al trío titular de Disfrutar, Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas, deleitaron a 48 comensales en una cena coral compuesta por 24 platos.
Una fiesta gastronómica única. Una oportunidad para ver y degustar en directo el buen hacer culinario del nuevo rey de la cocina peruana, y suramericana. Una velada gastronómica excepcional en el restaurante barcelonés mediante un menú que unió las vanguardias de ambas cocinas.
Ideados para hilar con coherencia el menú, fueron hasta 24 los platos presentados por los cuatro chefs, que trabajaron al unísono en una cena en petit comité. Era el regalo que el trío de exjefes de cocina de elBulli brindó a Barcelona y el presente que el peruano trajo desde su Olimpo inca.
Con imborrables sonrisas, los asistentes disfrutaron de un menú repleto de producto, técnica y creatividad, 'pensado para ofrecer una experiencia global y tendida entre la propuesta de Virgilio y la nuestra', comentó Oriol Castro.
Por parte del trío de Disfrutar, que celebraba su primera cena de titularidad compartida, el menú presentaba platos con sello como el candy salado de nuez con mango, whisky y haba tonka; los coquitos de parmesano con huevo y trufa, y agua de albahaca; o el huevo al barro con huevas de salmón, un guiño a Virgilio que quisieron incorporar al saber lo mucho y bien que el peruano trabaja con la arcilla en su restaurante de origen.
Entre la propuesta de Disfrutar, el chef peruano -nº 4 del mundo por World's 50 Best Restaurants y nº 1 de World's 50 Best Latinoamérica- insertó parte de su cocina actual de altura, que busca mostrar los productos agrupados por zonas y altimetrías del país andino. Así, los platos de Virgilio Martínez (diversidad de maíz, suelo de mar, valle entre andes o cosecha y recolección) fueron integrándose con sentido, ayudados por el maridaje presentado por el sumiller local. Rubén Pol propuso hasta ocho vinos eminentemente catalanes y un final con pisco para acompañar también al postre del de Perú, el tierra de alturas, una declaración de intenciones.
La propuesta culinaria, la combinación de productos y composiciones y un servicio perfectamente coreografiado -como si no fuera la primera vez que el equipo de Disfrutar se estaba fusionando con otro chef- hicieron vibrar a los comensales hasta la última cucharada.
Un lujo gastronómico que, sin duda, debe repetirse.